Como con un viejo conocido, de tanto verlo, su imagen exacta no es todo lo que vemos.

La verdad de la apariencia, la realidad, se diluye y aparece otra cosa, cruzada de emociones.

Este mal dibujo del Puente, inexacto, es una irreverencia. De esas que se perdonan entre amigos.

Y se parece al Puente que veo, más que una foto.

Segunda salida. Puente Colgante de Santa Fe

El Puente Colgante

Hay elementos ineludibles en la imagen y la conciencia de cada ciudad. No porque cumplan un rol fundamental o sean indiscutiblemente bellos.

Son parte de una historia enlazada de vivencias, de momentos que se recuerdan.

Para cada nacido en esta ciudad, este puente dice algo.
Por algún extraño mecanismo tomamos cosas como afectos y necesitamos que estén ahí, en su lugar. Aunque no las veamos todo el tiempo.

Por eso fue una larga herida este puente mutilado, vencido por el agua; una sola torre todavía vertical, un montón de hierros torcidos y tablas podridas, que no terminaban en la otra orilla. Y fue, hasta su reconstrucción, el fantasma  de una ciudad naufragando.  

Incluso yo mismo, crítico de ése Santa Fe detenido en su imaginario, un tanto añorante y aletargado, con sus lugares comunes de humedad y cervezas al atardecer; eso de mirar fotos viejas y lamentar lo perdido, no puedo evitarlo, ni dejar de atravesarlo.

ariel

"La costanera santafesina nos deja acercarnos no solamente a el paisaje isleño sino que también nos trae un poco de historia con su puente colgante ya reconstruido, también nos muestra los usos que las personas le otorgan desde la recreación hasta la faceta deportiva, y también en nuestro caso artístico y de exploración.

Los verdes y marrones predominantes en la escena y la abundante vegetación  nos permite sentir un aire fresco de fin de semana que todos quieren aprovechar... paseando por su corredor o buscando algún rincón de reposo y contemplación...,como en estos croquis que comparto con ustedes."

Dante González